La educación financiera, como ya hemos dicho en otras ocasiones hablando de educación es fundamental para enfrentarse a una vida donde el dinero juega un papel fundamental, por ello es importante como progenitores responsables formar a nuestros hijos y enseñar educación financiera a los mismos.
Ser capaces de gestionar el dinero con cabeza es básico para poder manejarse en la vida con soltura, pero no por ello es una disciplina que se enseñe en los colegios.
Hasta en Unicef consideran que enseñar educación financiera a los niños es importante.
Aunque cada niño se va a enfrentar de forma distinta al reto de gestionar el dinero, tendrá unos miedos distintos, se sentirá comodo con distintas situaciones financieras, etc. ser conocedor de los riesgos que se asumen al tener malos hábitos como estar con la cuenta vacia, ser tan ahorradores que no disfruten de unos caprichos o al pedir un crédito sin cabeza, es importante para su desarrollo personal.
Pero no es fácil enseñar educación financiera a los niños, para hacerlo hay que actuar desde temprana edad y en cada etapa evolutiva del niño enseñar educación financiera de forma distinta.
Hay que empezar mostrandoles en la infancia que todo tiene un coste asociado, que se paga con dinero, y que conseguir ese dinero para poder pagar, requiere un esfuerzo, que no pueden pedir sin cabeza, para que cuando sean conscientes de ello les recompensemos en cierta forma su esfuerzo despues de que por ejemplo, recojan su habitación o la mesa, y ayuden en casa en general, logrando con ello por una parte la implicación del menor, y por otra consiguiendo que el dinero que le daríamos para sus caprichos como golosinas o algún juguete se lo gane con su esfuerzo. Con este acto los niños aprenderan el coste y valor de las cosas y a ahorrar.
Es importante que los niños aprendan como si estuvieran jugando, por ello de muy pequeños juega con ellos a que adivinen el precio de las cosas y que opinen sobre su valor. Llevalos a realizar la compra y hazlos concientes del coste de las cosas y de lo que debes realizar en tu trabajo para poder comprarlo.
Deben aprender que hay que gastar en bienes básicos como la casa, comida y también en ocio y caprichos como ropa o salidas. No todo es ahorrar, hay que saber disfrutar del dinero con responsabilidad.
Cuando vayan creciendo que jueguen con juegos donde gestionar capital sea necesario, como por ejemplo el monopoly o videojuegos de gestión de club de fútbol.
Debemos aprovechar cuando quieran una recompensa mayor, como un juguete de mayor precio, una bici o un móvil… para enseñarles a los niños a gestionar su presupuesto y a ahorrar. Hay que hacerlos conscientes de el tiempo que necesitan trabajar con su pequeña paga para llegar a tener suficiente capital para alcanzar su ansiado regalo.
Conforme vayan creciendo hay que animarles a obtener dinero fuera del entorno familiar, por ejemplo con un trabajo de ciertas horas en fin de semana, sin dejar los estudios en ningún caso o negociando con sus viejos jueguetes o con la ropa que ya no usan en ebay.
El niño debe tener una cuenta en el banco y entender que operaciones puede realizar con la misma, administrando su dinero de la misma forma que la haría un adulto.
Por último, debes ser un ejemplo para tu hijo, si tu le enseñas pero no actuas de acuerdo a tu forma de enseñar educación financiera, tu hijo no solo actuará como tú, sino que además no valorará tus enseñanzas.